Una planta muy poderosa le enseño a un amigo una vez, que estamos acá, para justificarnos. No se si lo entendí enseguida, pero con el tiempo entiendí esto:
¿Para que nos vestimos al salir?
Tenemos ropa para el invierno, equipo para salir a correr, bucear, nadar, cabalgar, escalar. Siempre necesitamos ponernos algo dependiendo de a dónde queremos ir.
Parece que tener un traje espacial «de arriba», hace complicado el saber a dónde vamos. Para qué lo necesito…
En esta vida todos tenemos que justificarnos por algo, sino, ¿para que estamos? Algunos se justifican tratando de ser mejor que… O más rápido que… O siemplemente teniendo más, pero eso no parece justificar nada. No importa, me justifico para darle un sentido a algo que parece no tenerlo. Uno de los errores más grandes a mi entender es la clásica justificación de la vida es para divertirse, OK, la verdad que es muy divertida. No quiero dar los ejemplos conocidos por todos, pero solo dar una idea: La gente que se muere de pobreza (hambre) Diganle a ellos que la vida es para vivirla y divertirse. Ja. Quizá no estén del todo errado, la vida puede ser divertida, pero no ahora. Todo tiene un tiempo. Y hasta que todos estemos en el mismo escalón, la vida no es más que para aprender. Expandirse, hacer fluir la energía. Pero ahora está estancada. Dar la mano desde este escalón al que está en el de abajo, para estar en el mismo y poder alegrarnos, y ahí si: ¡Diviertanse! ¡A vivir!
Ahora es tiempo de aprender, vinimos a investigar, a explorar, somos exploradores, tenemos un traje espacial por algo, salimos a explorar, aprender, entender, y aceptar. Pero no aceptar lo que tratamos de entender, sin haberlo explorado. No quiero aceptar que el mundo es como es, porque no es así como tiene que ser. Salgo a la calle y no paro de ver «atascos» de personas, de autos, de idiotas, para variar, gente que entra en cámaras de humo, a gritar, a pasar el tiempo, justificándolo, pero nadie quiere parar. Por que parar a pensar sería peligroso; Lo único que uno encontraría, sería su cobardía, su miedo. Por cobardía aceptamos lo que está, para no tener que arriesgar nuestro tiempo, preferimos divertirnos y olvidar… (no hablemos de todos los mega-junta-idiotas-mundiales)
Dar un sentido a la vida individual es justificarla, pero la vida no es individual.
Si algo me pone «bien» es saber que la vida, que mi vida, vale lo mismo que la vida de la cucaracha que tu primo aplastó creyendo que era menos que él.
Damos tanta importancia a nuestra vida individual que le quitamos todo valor a la de los demás. Todo se equilibra, algun día la vida elegirá a otros que sepan valorarla, las cucarachas podrían resistir cualquier guerra nuclear, así podrían ser los próximos dueños del planeta…
Justificado sea mi nombre.
¿Justificaste tu vida?
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