Siguiendo el ritmo.

hongo

Y por una vez te das cuenta de ser.

Por un momento ya no estás.

No hay nada distinto a ti.

No existe una dirección definida. No importa el camino que tomes, porque todos son infinitos.

Tampoco es necesario tomar uno, porque ya has recorrido cada uno en su totalidad.

Ves la balanza equilibrarse, uniendo los extremos de la línea recta, formando un círculo.

Un círculos que gira creando una melodía.

Un ritmo que solo puedes seguir.

Si no lo sigues, dejas de ser.

¿Lo escuchas?

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